lunes, 27 de julio de 2009

os100gaiteiros 2.0


Bien, parece que el blog vuelve a tener actividad, o por lo menos eso intentaremos una serie de personajes y un servidor. Espero que una de las partes más activas de “os100gaiteiros 2.0” sea de la que me ocuparé yo mismo; y no se trata de otra cosa que de criticar. No os diré que sólo vamos a hacer críticas de películas porque muy probablemente no será así; de vez en cuando aderezaremos todo hablándoos de un disco, de un artista o de cualquier cosa que nos venga en gana.

Lo más importante es que no os toméis nada de lo que aquí aparece como algo serio. Es decir, no digáis que la crítica está incompleta o “este tío no tiene ni puta idea de cine”. Todo eso ya lo sabemos, gracias. Sencillamente lo que pretendemos, y yo en particular, es compartir con todo aquel que tenga la decencia de leernos una opinión; nada más lejos de una crítica asentada sobre los pilares del rigor. Tomáoslo como cuando bebéis una cerveza con un amigo y os habla de la última peli que ha visto.

Muchas gracias por leer lo que nadie nunca lee, y pasemos a la crítica en si. La primera parada la hacemos en el año 1968 con “El graduado”.

EL GRADUADO (THE GRADUATE)




Antes de empezar hablándoos de qué va la peli y toda esa serie de cosas tengo que reconocer que Dustin Hoffman es de mis actores preferidos; por tanto esta crítica y en especial cuando habla de su interpretación puede resultar un tanto imparcial.

La peli trata de algo que ahora mismo puede resultar “una simple trama más”, pero en verdad fue de las primeras películas que destapó todos los entresijos ocultos a simple vista de una familia americana de clase alta. Si la veis probablemente os recuerde mucho a American Beauty, cuando en verdad debería ser al revés.

Pues la historia va de un joven que se gradúa en sus estudios y de cómo pasa el verano. Así de fácil. El protagonista (Dustin Hoffman), es el mítico niño de papá que ha estudiado en los mejores colegios y que lo único que se replantea es seguir estudiando para aspirar todo lo alto que pueda.

La primera escena de la película es la que, en mi opinión, considero especialmente redonda. Está ambientada en una fiesta que celebran los padres para festejar su graduación, y todo el mundo se acerca para felicitar al “protagonista del momento”; todo esto plagado de planos cortos y de breves conversaciones que resultan muy agobiantes. Cuando ves esta escena te acuerdas de cuando eras pequeño y todo el mundo te revolvía el pelo y te tiraba de los mofletes en las reuniones familiares, diciéndote que estabas muy alto y que “te pareces a tu padre”.

Ahí es dónde se empieza a ver la majestuosa interpretación de Dustin Hoffman: prácticamente carente de gestos, muy fría; sin duda acostumbrado a aceptar las normas, a reprimir sus instintos y a guardar la compostura cuando estudiaba en los colegios de pago.

En un determinado momento de la fiesta, aparece Mrs Robinson. Si, ésta:



Mrs Robinson es la mujer del socio del padre, y es una madurita alcohólica cansada de su matrimonio. Pero prefiere guardar las apariencias y seguir pasándose las noches bebiendo que montar un escándalo en el barrio y divorciarse de su marido.

Mrs Robinson se le insinúa (pero a saco) a nuestro protagonista; y surgen una serie de encuentros sexuales muy interesantes. Todos estos encuentros íntimos, casi siempre carentes de conversaciones interesantes, hacen que el joven deje de preocuparse por su futuro y empiece a disfrutar del momento; algo que probablemente no haya hecho nunca. Acostumbrado a tener todo, te das cuenta que el protagonista, con un expediente más que brillante es, en muchas facetas de la vida, un auténtico ignorante.

El hecho de quedar tantas veces con Mrs Robinson hace que poco a poco vaya cambiando su carácter y, como dice él, “tenga la necesidad de ser grosero en todo momento”.

Sin embargo, a raíz de la presión de los padres se ve obligado a quedar con la hija de los Robinson; cuando en verdad no le apetece lo más mínimo. Finalmente tienen una cita y el protagonista se llena de dudas acerca de qué mujer prefiere: si una madurita con la que sólo disfrutar del sexo o su hija, una estudiante de bien como él. No os voy a joder el final, tranquilos; ya paro de contaros el argumento.

En este momento es cuando la película se desinfla muchísimo y pierde interés, llegando a convertirse prácticamente en una película ligera.

Sin embargo, yo la considero un películón y es por muchos motivos: por la interpretación de Dustin Hoffman (os dije que sería imparcial), por numerosas situaciones surrealistas que si tuviésemos que vivir en nuestras carnes nos moriríamos de vergüenza, por algunas escenas sencillamente perfectars y, sobre todo, sobre todo, sobre todo, por la banda sonora.

No os lo había dicho antes, pero lo podíais ver en el vídeo que os dejé. La banda sonora es de Simon & Garfunkel, y es sencillamente sublime. Seguramente todos conocéis la canción que os puse antes, pero mi preferida, y que también está en la banda sonora es ésta:



Sin más, espero que os haya gustado esta visión personal de la película y, a los pocos que han llegado a leer hasta aquí, os doy las gracias.

Por poner un final, le voy a dar una nota para poder cuantificar “cuánto me gustó”. De cualquier manera, tenéis que verla. Aunque no os guste reconoceréis que es la precursora de muchos filmes posteriores, o sencillamente porque es muy cool decir que “uno de los primeros trabajos de Dustin Hoffman fue ‘El Graduado’, tienes que verla”. Eso farda.


Puntuación: 85/100 Gaiteiros

M.


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